maquinaria emocional 16: m


En el sue;o Marko tenía la misma camisa con lo que lo habíamos dejado dias detrás, meses, ya no tenía curiosidad de preguntarle por qué se había tardado tanto en aparecer, sólo me intrigaba su capacidad de silencio. Levantó su enorme mano y la puso sobre mi mesa imaginaria, dio un palmazo se encendió un cigarro después. estas seguro de lo que estas haciendo? le pregunté en mis sue;os, todavía conservaba esas ideas de Víctor y la casona, y mis poderes, aunque en sue;os, seguro servirían, mi temor todavía latía. él, como siempre, me miró inclinando la cabeza hacia la pared y trayendo un cenicero desde el otro lado de la habitación, yo siempre estoy seguro, me dijo dejando caer la ceniza.
Le conté lo que habíamos hecho, y como siempre no me creyó. no es facil de creer que hayas intervenido en la muerte de alguien, destruido una reliquia del siglo xVI, tirado a alquien desde un techo y aún así creer que no lo hiciste, así que no lo culpo, no me creyó y me conformo con haberlo dicho, aunque fuera en sue;os.
Estuve esperando alguna respuesta a mis declaraciones, pero él, como lo he mencionado, se conforma con fumar y mirar apoyada la cabeza en la pared. en mi sue;o, Marko seguía siendo como cuando lo conocí.
Me he llevado la maquinaria, le dije finalmente. Marko tiró el pucho al piso y me agarró por la garganta, me apretó con la fuerza de un tiranosaurio rex y me estrelló contra la puerta. inevitablemente tenía que despertar, así lo hice. Lo único que no me queda claro es cómo es que llegó a mis sue;os si la maquinaria emocional la tengo yo.

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