la cueva

soy un escritor inepto, soy incapaz de atraparlos, de atraparte antes de dormir, o cuando viajas en un micro nauseabundo desde el kilometro cinco de la panamericana hasta la noventa y nueve. me he preguntado, luego de perder mi trabajo, si es que puedo envidiar tu audacia como lector, la simpatía que me tienen, sólo por que no saben cómo decirme que no tengo huevos para desenfundar la espada -en serio, espada-. no la envidio, no me da rabia que tengas mejores que hacer que intentar sumergirte en la laguna de ideas que chorrean mi cabeza.
soy un mal escritor, y no me habría convertido en tal de no haber perdido mi trabajo. hace un a;o y cuatro meses. me sacaron de la sucursal del ministerio de educación en la región central, y desde entonces no he podido volver a ocuparme de nada.
mis haza;as como escritor estuvieron refundidas en las cajas que me traje de lima -sigo viviendo en la región central-, y como perdí el trabajo decidí actuar deliberadamente y pretenderme escritor. lo peor de todo es que he publicado ya tres libros, que se han ido hasta las ferias de lima. todos creen que son tan malos porque uso el seudonimo de nombre de mujer, pero nadie sabe que es mi seudónimo.
ahora estoy en un gran dilema, porque aparte de reconocer mi ineptitud como escritor, no se si es que deba confesar que soy hombre, un escritor que escribe como yo no tiene el respeto de nadie.
las mujeres escritoras, no las conozco, generalmente escriben de su vida en la infancia o los problemas con sus amantes. las malas escritoras mujeres, no sé de qué escriben, me parece que sus recuerdos de infanciao juventud y de los malos amantes que han tenido.
soy un escritor inepto, y ya no me interesa cautivar, sólo quiero volver a mi trabajo en el ministerio porque así no me gusta.
(ParsonGrieg,2002, traducción libre)

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