maquinaria emocional 7: el gallo

no pretendía nada, victor hablaba entre los labios, que se parecían a los del gallo claudio.
pusó las manos dentro del corral sosteniendo los granos de maiz amarillo. tenía que hacerlo rápido, soltar los granos sobre el comedero, porque de lo contrario los guerreros saldrían a una vida de libertad. claudio, había perdido ninguna batalla y por lo tanto tenia derecho a una jaula, solo.
víctor estaba sentado debajo del arbol de pacae, mirando las flores que caían sobre el riachuelo de agua sucia. llegado el turno, el gallo dió un salto dentro del corral, agitando las alas, marko tembló un poco y dejó caer los granos sobre la tierra, el gallo dio unas patadas y picotazos sobre las manos de marko, y salió corriendo entre sus piernas.
victor de un brinco corrió detrás del gallo.
fue la segunda vez que escuché hablar a victor, tenía la voz fuerte, como que había estado peleando batallas en su garganta.
(victor era una espiga, con el cabello ensortijado hacia arriba, que seguro su madre había peinada mucho. era uno de los pocos pulcros que encontré en mi salón de primaria. se sentaba en mi mesa, y recuerdo un juego perverso: tirarle con el cuaderno de notas sobre la cabeza para que hablara. los ni;os tienen maneras raras de celebrar la amistad.me puso un día un papel sobre la cabeza y me acompa;ó hasta la puerta del colegio).
victor hablaba entre dientes. es lamentable que el mundo sea tan peque;o y lo encontrara ahí, en el corral de marko, junto a los gallos. a él lo había ido a buscar porque encontre unos papeles en un baul de mi casa.
papeles suyos, de cuando me solía escribir, eran acerca de la criatura, la había dibujado mucho antes de que pasara lo del accidente, antes de que se volviera loco. hacía dos a;os que no hablabamos de esas cartas, y la verdad, en los ultimos dias me había puesto muy bravucona con eso de la maquinaria emocional y estaba dispuesta a enfrentarle con el pasado.
marko me miró de pie sobre las peque;as plantas de maiz, sosteniendo una bolsa de papeles, y me miró con odio.
victor pasó al lado mío pero no reconoció nada de mí, murmuraba algo entre dientes y brincaba entre las plantitas de maiz tratando de atrapar al gallo.
la sangre corría por entre los dedos de las manos de marko, se puso un pa;uelo en una de ellas y empezó a chupar la sangre de la otra. me habló con los ojos.
intentó tambien orderarme algunas cosas, pero no le dejé. como dije, estaba valiente los ultimos díaz.
ya no necesitaba que nadie me defienda.
marko dejó de mirarme cuando victor regresó a susurrarle algo respecto al gallo.
marko gritó y caminó hacia el otro patio. yo le seguí con mi bolsa de papeles. él era gigante, su espalda me cubría por completo de la luz del sol, mi sombra era deborada por la suya diez veces.
victor metió las manos en los bolsillos y miró a marko como resignado, él sacó un palo largo de maguey y soltó al perro. me miró directo entre los ojos mientras el gallo corría entre los matorrales de su casa huyendo del otro animal.

el gallo no volvió a pelear.

Comentarios

juancarlos ha dicho que…
las aves tienen labios???
e.p. palacios ha dicho que…
si vieras a victor pensarias diferente

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